«Paré el último penalti y tuve la suerte de que Sandaza no estuviera acertado»

-José Perales parecía el hombre más feliz del mundo este martes.

—El hombre más feliz del mundo no lo sé, pero uno de los que más, seguro. Fue una gran oportunidad para mí el hecho de poder salir de inicio contra todo uno Girona, con jugadores del primer equipo, uno de los principales candidatos a subir este año a Primera División. Muy contento también por como se dio el partido, por dejar la portería a cero y, en los penaltis, pudimos ganar.

—Bendecido paro de selecciones (Dimitrievski fue convocado con Macedonia).

—La verdad es que sí. Me ha beneficiado. Ya lo hizo en las semifinales. Ya dicen que necesitas suerte en el mundo del fútbol.

—Ha tenido suerte, pero también ha demostrado ser un gran portero con sus actuaciones en la semifinal y en la final.

—He tenido la suerte de mantener la portería a cero en los dos partidos, y la suerte me llegó en los penaltis. En la final, el entrenador de porteros tenía muy estudiados los lanzadores rivales. Dicen que los penaltis son una lotería y, en parte, es así, pero hay un trabajo detrás.

—Cuándo empieza la ronda de penaltis y Perales se acerca al primer lanzador, Álex Granell, ¿qué le dice a él y al árbitro?

—La verdad es que no me di cuenta de que él estaba dispuesto para tirar. Estaba con el médico estirando porque estaba muy cargado. Lo único que hice era pedir disculpas, le expliqué que había ido convocado a Valladolid y que llegué tarde por el viaje y que el domingo había jugado con la Pobla y que estaba muy cansado. Con los otros penaltis, intentar que ellos no tuvieran una visión positiva.

—Después del partido usted reconoció que había un lanzador del cual no se acordaba como acostumbraba a tirar los penaltis. ¿Cómo es el trabajo con el entrenador de porteros para saber por dónde se tirarán los penaltis?

-Manuel Oliva tiene controlados todos los penaltis que se lanzan a Segunda A. Teníamos una recopilación. Antes del partido nos sentamos, miramos cuáles eran los cinco posibles lanzadores, y acertó en los cinco. No recordaba cómo los tiraba Fran Sandaza, y lo hizo por su lado de seguridad. No me acordé. Después, tuve la suerte de parar el último y tuve la suerte de que Longo no estuviera acertado.

—Madre mía que no le marque un penalti Longo.

—Bien, al final son momentos. Seguramente es el mejor lanzador que tienen, y lo tiró fuera.

—De atura-penaltis a atura-penaltis. Usted está sucediendo a Alberto Varo, toda una institución en la Pobla. ¿Siente la presión en la Pobla por quien ocupaba antes de su llegada la portería?

—Nada. Sé que es muy buen portero, que hizo las cosas muy bien y que, gracias a sus actuaciones, renovó contrato y fichó por el Barça B.

—¿De qué partido se siente más satisfecho, de la final o de la semifinal?

—De los dos. Es verdad que una final hace mucha ilusión, pero también estoy mucho agradecido para poder jugar las semifinales.

—¿Qué expectativas tiene con respecto a un posible ascenso al primer equipo?

—Desde el primer momento que vine aquí sabía que tenía que hacer mucho trabajo por, a medio plazo, ser un componente de la primera plantilla y, a largo plazo, ser el portero titular del Nàstic.

—Ahora mismo, con Reina y Dimitrievski está complicado.

—Sí, son grandes porteros. Si el primer equipo no tuviera dos porteros tan buenos, quizás no habría llegado donde estoy.

—Dicen que todos los porteros tienen un punto de locura. ¿Cuál es su punto de locura?

—Eso se dice. Cuando un niño quiere jugar a fútbol, quiere marcar goles, no recibir pilotadas. Lo que hacen los porteros es una cosa que sólo nosotros entendemos.

—¿Cómo es Manolo Reina?

—Espectacular. Es un portero veterano con una gran trayectoria y un gran nivel.

—Le tengo que preguntar por la Pobla. Todo parece indicar que no disputará la promoción de ascenso.

—Es una plantilla totalmente nueva, con una forma de jugar completamente diferente a la del resto de equipos de Segunda B y con jugadores muy jóvenes. Hemos demostrado que jugamos muy bien a fútbol y que la gente nos respeta muchísimo.