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«A aquel que nos quiera ganar, le costará muchísimo»

El segundo entrenador del Nàstic asegura que hay muchos argumentos para creer en la salvación y promete que «este equipo está en crecimiento»

Xisco Campos, en el banquillo local del Nou Estadi, donde él, desde principios de temporada, realiza las funciones de segundo entrenador.

«A aquel que nos quiera ganar, le costará muchísimo»Cristina Aguilar

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—¿Cómo ha vivido un cambio tan grande, de pisar el césped a pasar al cuerpo técnico?

—Es un cambio muy grande, por diferentes motivos. Cuando eres jugador sólo tienes la preocupación de estar bien para poder competir y, ahora, tengo que estar pendiente de cómo están 25 chicos. Que estén bien, dispuestos y de la mejor manera posible. Es muy difícil verlo desde dentro que desde fuera. Se nota mucho el cambio. Era una cosa que siempre se me había apasionado, y que quería hacer.

—Usted ya conocía la casa antes de pasar al cuerpo técnico. ¿Es mejor así, o llegar nuevo a un club?

—Es muy positivo poder empezar con gente que ya conoces, y que ya han sido compañeros tuyos. Sabes lo que necesitan. Los compañeros me han ayudado mucho.

-Xisco Muñoz siempre ha manifestado que tenía la espina pintiparada de no haber podido demostrar como jugador del Nàstic todo lo que él podía dar. ¿Lo quiere hacer ahora desde el cuerpo técnico?

—Cuándo llegué al equipo, en Segunda B, ya tenía una cierta edad. Los compañeros no aflojaban y estaban a un nivel increíble. No dejaban margen en que uno pudiera entrar al equipo. Y el año pasado fue tan bueno porque ningún compañero dejó de ir al máximo.

—Su experiencia en el extranjero le ha servido para esta nueva etapa que se le ha presentado?

—Sí. Cuando decidí abandonar el fútbol profesional español, mi idea era conocer el pensamiento que tienen en el extranjero y descubrí que, sobre todo en la formación, trabajan de una forma muy diferente.

—Es difícil que un entrenador se tenga que marchar a mediados de temporada, y más después de lo que consiguió Vicente Moreno, ¿no cree?

—Sí, mucho. Es un gran entrenador, dio muchos éxitos en la casa y todo el mundo lo amaba mucho.

—¿Es muy diferente trabajar con Vicente Moreno a hacerlo con Juan Merino?

—Son formas de pensar diferentes, sistemas diferentes... Pero yo me quedo con qué con Vicente Moreno he aprendido muchísimo. Creo que nos dio el lugar donde estamos ahora mismo y, con Juan, nos toca trabajar igual de bien que lo estamos haciendo hasta ahora, y consiguió la salvación.

—El aficionado puede no entender que se salga con cinco defensas.

—Creo que los resultados dicen que va bien. Además, los chicos se sienten cómodos y, al final, tenemos que salvar el equipo con un 4-4-2 o con el sistema que sea. No para jugar con un sistema u otro te aseguras ganar o perder. Sí que es verdad que el equipo ha crecido con este sistema, está avanzando, y también sabemos que lo podemos cambiar en cualquier momento del partido.

—¿Y cómo afrontan a los jugadores, desde la llegada del nuevo entrenador, pasar del todo al nada o del nada al todo? Me refiero a los minutos de juego.

—Eso nos ha pasado a todos. Uno participa, y el otro no. A ti te gusta más un jugador y, a mí, otro. Yo he sido futbolista y he sido egoísta y pensaba que podría jugar más con el nuevo entrenador. Los que jueguen menos, tienen que empujar más y aprovechar las oportunidades cuando les toque jugar.

—¿Cómo lleva la pelota parada?

—Ahora se encarga Juan. Sólo se puede encajar un gol de tres maneras: de transiciones, en pelota parada, o con centradas laterales. Hemos hecho estadísticas para ver cómo lo podemos controlar. Lo trabajamos al máximo, intentándolo llevar de la mejor manera, y hay partidos en los cuales la pelota parada nos ha ido bien y, en otros, no.

—¿Qué argumentos tiene para decir que el Nàstic se salvará?

—Muchos. Estoy muy convencido de que este equipo está en crecimiento, y a pasos de gigante. Hay mucha calidad. Este equipo se ha visto en situaciones muy difíciles y ha acabado remando, está muy preparado para competir. Perderemos algún partido, pero en aquel que nos quiera ganar, tiene que saber que le costará muchísimo.

—El sábado, durante el Nàstic-Numància, los silbatos del público de la primera mitad se acabaron convirtiendo en aplausos.

—Sí, pero si te pones a analizar el primer gol, es un escándalo. Son 20 toques de pelota antes de marcar. No lo vi así en el campo, pero fue. Entiendo que la necesidad de puntos lleva al final a que se sea una pizca injusto con lo que están haciendo ellos. Entiendo que se los tiene que respetar, ya que voluntad de trabajo tienen siempre.

—¿Por qué empezó tan mal el equipo?

—Es una de las preguntas que siempre me hago. Los inicios de temporada hacen que, en el tramo medio del campeonato, puedas tirar hacia un lugar o hacia otro. Por jugadores, no ha sido. Por entrenador, tampoco. Por pequeños detalles se nos han escapado muchos partidos. ¿Detalles controlables? A veces, sí y, en otros, no. Lo mejor que tiene esta competición es que, al final de la temporada, te dirá hasta dónde puede llegar este equipo. Todo el mundo ha dado mucho apoyo. Desde la prensa hasta el público. Todo el mundo.

—¿Ve cuatro equipos peores que el Nàstic ahora mismo?

—No. Ahora mismo, veo que desde lo que tiene 33 puntos hacia abajo, todos están en peligro. Hay mucha igualdad, y todo puede pasar.

—Después de ganar al Numància, ¿sería decepcionante no sumar un buen resultado en La Romareda?

—Tú tienes que ganar todos los partidos, tienes que pensarlo. El equipo está preparado para conseguirlo. Si el equipo continúa al nivel que está y pierde, no pasa nada, ya que ganará más partidos de los que perderá.

—¿Le veremos pronto como primer entrenador?

—No. (Río). Ahora me centro en el Nàstic, que es un reto muy bueno

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