Diari Més

«En la India jugadores y cuerpo técnico vivíamos juntos en un hotel, como una concentración constante»

El centrocampista madrileño, único fichaje de invierno, se siente «cómodo» con el juego rojinegro y quiere «centrarme al aprovechar la experiencia»

Tébar, después de uno de sus primeros entrenamientos, ayer, en las instalaciones del Estadio.

«En la India jugadores y cuerpo técnico vivíamos juntos en un hotel, como una concentración constante»Olívia Molet

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— ¿Cómo le llegó la posibilidad del CF Reus?

—había estado en la India durante tres meses y el 15 de diciembre volví hacia España. Yo quería jugar en un equipo español. Tuve varias ofertas, pero del extranjero, y la opción del Reus. Todo el mundo me había hablado muy bien tanto del propio equipo como del entrenador, y de cómo se estaban haciendo las cosas. Y se adecuaba bastante a lo que estaba buscando. No quedaban fichas libres y me dijeron que, si alguien salía, era el escogido.

—El invierno ha dejado en Segunda a otros jugadores que vienen de la Superliga india. ¿Se aventuró en verano con estos planes?

—El verano fue un poco extraño para mí. Había firmado el contrato con un equipo de Chipre pero, según su presidente, supeditado a si el equipo se colaba en Champions. El objetivo no se alcanzó, el presidente dijo que no quería fichar más y, al final del mercado, me quedé colgado. Se me presentó la oportunidad de la India y la acepté.

— ¿Qué balance, deportivo y personal, le deja la India?

—Iba con incertidumbre porque la liga allí sólo tiene tres años y uno no sabe nunca qué se encontrará en el extranjero. Con todo, está muy bien organizada y crecerá. Acabé muy contento de la experiencia, a pesar de que sí que es un poco duro ver la realidad del país en el día a día.

— ¿Cómo es esta realidad? ¿Qué es lo que más lo sorprendió?

— Te sorprende todo. Los olores, lo que ves, la pobreza. Allí, vivíamos todos en un hotel. Es como una concentración constante, tanto jugadores como cuerpo técnico, y tanto los indios como los de fuera. Con partidos cada tres días. Entrenábamos por las mañanas, comíamos juntos y, por la tarde, si no teníamos trabajo, nos dejaban tiempo libre. Aproveché para visitar Delhi porque había mucho para ver. Y el Taj Mahal, que teníamos a sólo tres horas.

— ¿Coincidió con otros futbolistas españoles?

Toni Doblas, que jugó en el Betis, y Rubén, que también había pasado por Madrid, estaban allí. Al final, hacíamos vida juntos. En el caso de Rubén, había coincidido con él en el Castilla y uno tiene más relación con los españoles porque se parece más.

—Antes, había competido también con el Brentford inglés.

—La oferta de Inglaterra se me presentó cuando estaba en Almería, jugando en Primera. Era buena y siempre había pensado en jugar fuera. Soy joven, puedo viajar, conocer sitios, y Londres me gustaba. Son fútbols distintos: en España el nivel de todos los equipos es muy alto, en Inglaterra la liga está más orientada al aficionado, y en la India se acaba de crear y se centra al promocionar este deporte.

— ¿Tiene ligada una vuelta en el extranjero? ¿Piensas en ello?

—Todavía no tengo planes de nada. Sé que es una posibilidad que puede estar allí pero quiero centrarme en estos cinco meses, en acabar bien aquí y aprovechar la experiencia porque quizás la próxima temporada continúo aquí. ¿Por qué no?

—ha dicho que, con sus condiciones, espera encajar bien en el juego rojinegro. ¿Por qué?

—El equipo trata bien la pelota, intenta jugar desde atrás y, en la posición de centrocampista, participa mucho el jugador. Me siento cómodo con eso, con tener la pelota en los pies. En esta posición hay jugadores de calidad y espero poder ayudar en el equipo.

— ¿Cómo vivió el debut? Cinco días después de presentarse y con la expulsión de López Garai.

—fue un poco precipitado. Por la expulsión de Aritz y porque íbamos perdiendo 1-0. El entrenador decidió hacer el cambio en el descanso. Salí casi sin calentar y no me esperaba aquella situación, pero está claro que uno se tiene que adaptar a lo que sea y estoy muy contento con que consiguiéramos un empate. Y también por mi debut.

— ¿Tuvo buenas sensaciones? El domingo espera el Numància.

—No sé si jugaré o no pero trabajaré para hacerlo y, si finalmente el míster decide contar conmigo, al igual que el domingo pasado, trataré de hacerlo lo mejor que pueda. Físicamente, acabé mejor de lo que esperaba y ahora me toca esforzarme al máximo por llegar al nivel de los compañeros.

-Natxo González dijo de usted que había cumplido con lo que esperaba.

—Le agradezco las palabras. Intenté seguir las pautas que él me había dado, como centrocampista, en el descanso, y conseguimos un punto.

— Había coincidido, en Llagostera y en Madrid, con Querol y Codina.

—Los conocía y me portaba bien. Hablé con ellos. Y también con otros jugadores que se habían enfrentado al Reus. En la India no pude seguir los partidos. Todo el mundo me hablaba muy bien, como un equipo muy bien trabajado en su primer año en Segunda y que ofrece un rendimiento muy alto. Eso me convenció a venir.

—La anécdota del traspaso al Gerona y los 100 euros lo convirtió en mediático. ¿Cómo fue?

—A menudo, se fija una cantidad simbólica para que haya un traspaso: un euro, debe, 100 euros. Normalmente, no sale al exterior y es una cuestión a fin de que, al mismo tiempo, no tengan que pagar nada entre clubs para el traspaso. En Gerona la dieron a conocer y se formó el alboroto como que el Madrid vendía a un jugador por 100 euros. El plantel del Barça estaba dando muchos frutos y el del Madrid no tantos, y se sacó de contexto.

— ¿Es el estreno en Primera, con el Madrid, el mejor momento de su trayectoria?

—No es el mejor momento pero sí que es uno de ellos. Desde pequeño, esperas llegar al primer equipo. Agradezco en el Madrid aquellos años porque me dieron mucho. Maduré. No solamente te forman como jugador sino también como persona y debutar fue un bonito recuerdo que siempre tendré.

—Con todo, gran parte de su carrera transcurre en equipos catalanes. ¿Por qué?

—Está donde me quieren más (rió). He tenido la suerte de estar, con este, en tres equipos. Los dos anteriores me trataron genial y sólo tengo palabras de agradecimiento. En el Gerona estuve en dos etapas, una que tuvimos problemas para cobrar y estuvimos a punto de bajar y una donde disfruté. En el Llagostera, con el descenso, fueron seis meses duros pero también aprendí.

— ¿Qué le pides a esta segunda vuelta?

—Que el equipo consiga los 50 puntos de la permanencia y, a partir de entonces, ya veremos.

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