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Vecinos de Vilallonga llevan al Síndic el ruido que provoca un restaurante

La denuncia vecinal no tuvo respuesta del consistorio y ahora se le insta a tomar medidas correctoras

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El Síndic de Greuges de Cataluña hizo llegar al Ayuntamiento de Vilallonga del Camp, a finales del pasado mes de mayo, una resolución en la cual «sugiere» al consistorio que ponga remedio a las quejas expresadas por un grupo de vecinos sobre la afectación sonora que sufren a causa de las celebraciones de acontecimientos en un restaurante.

El inicio del conflicto se remonta ahora hace un año, el 17 de junio de 2016, cuando siete vecinos de Vilallonga presentaron una instancia ante el consistorio en la cual exponían su queja por la afectación que tenían a causa de las celebraciones, hasta altas horas de la madrugada (hasta las 3 y a veces hasta las 4), en los jardines del restaurante l'Encanteri, de la misma localidad. Los vecinos afirmaban entonces que habían denunciado la situación a los Mossos «manifestándonos su sorpresa por el hecho de que el Ayuntamiento no actúe».

Los vecinos afectados, residentes en la zona de los alrededores del establecimiento recordaban en el escrito que de manera reiterada habían expresado la afectación que sufrían, y que «no es comprensible ni aceptable que un Ayuntamiento no asuma sus atribuciones y eluda sus responsabilidades políticas y administrativas».

En la primera instancia se reclamaba que el consistorio explicara qué actuaciones había hecho para hacer que el restaurante cumpliera con la normativa acústica vigente y que se realizara una inspección para determinar si l?Encanteri «cumplía con los valores límites de emisión al ambiente exterior y al interior».

Medidas cautelares

Los denunciantes pidieron que el consistorio aplicara medidas cautelares ante «la certeza de que estos hechos se repetirán». Las medidas que pedían iban desde el precinto «del foco emisor» del ruido, hasta la clausura temporal, total o parcial del establecimiento o de la autorización que lo habilita para el ejercicio de la actividad.

Nada de eso se produjo y después del fin de semana siguiente a la primera denuncia, los vecinos presentaron un segundo escrito, el 1 de julio. En él se denunciaban las celebraciones, las madrugadas del día 19, del 24 y el 26 de junio. Nuevamente se pedían medidas cautelares contra el restaurante y que se les facilitara «el estudio de impacto acústico preceptivo» junto con la copia del expediente de actividad del restaurante.

Actuar con incuria

La denuncia añadía duras críticas a la posición del gobierno municipal «que actúa con incuria cuando , no tan sólo no hace uso de sus atribuciones legales, sino que deja pasar el tiempo y mira hacia el otro lado, a pesar de los escritos del vecindario denunciante unos hechos graves». Ante la falta de respuesta municipal, los vecinos, el 19 de septiembre de 2016, volvieron a reclamar por instancia la información y posteriormente decidieron trasladar, de acuerdo con el hecho de que se producía silencio administrativo por parte del Ayuntamiento, la queja al Síndic de Greuges de Cataluña, con fecha de 20 de septiembre.

El Síndic, en la resolución del mes pasado, indicaba que el consistorio lo había informado «de que se había requerido en varias ocasiones a los propietarios del establecimiento con el fin de controlar el ruido de las actividades que llevan a término». También según informó el Ayuntamiento, el restaurante había presentado una solicitud de licencia de obras «para la adecuación del espacio de banquetes y así poder minimizar al máximo el ruido que se pudiera ocasionar».

Según los vecinos, en ningún caso sus instancias y denuncias recibieron contestación por parte del Ayuntamiento y el ruido fuera de medida procedente de las celebraciones en el restaurante, continúa igual.

Una captura del vídeo.

Vecinos de Vilallonga llevan al Síndico el ruido que provoca un restaurante

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