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Aumentan los robos en primeras residencias vacías o sin vigilancia

Jóvenes vecinos de la zona o grupos criminales latinos son los autores más frecuentes y se llevan aparatos electrónicos que pueden revender

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Hasta 3.889 familias del Camp de Tarragona sufrieron, durante el 2016, un robo en su casa. La cifra, que representa un leve incremento del 2,45% con respecto al año anterior, se fija en primeras residencias que permanecen vacías durante buena parte del día o que no disponen de sistemas de seguridad y, por lo tanto, resultan más vulnerables. El perfil de los que perpetran estos robos con fuerza en domicilios es doble: delincuentes locales, jóvenes de entre 20 y 40 años y vecinos de la zona, tanto hombres como mujeres, que a veces utilizan menores para actuar y que se llevan aparatos electrónicos que podrán revender; o bien grupos criminales especializados, integrados por personas de origen mayoritariamente chileno y colombiano, muy activos y que sustraen joyas y objetos de marca o cualquier pieza valiosa. Los datos se desprenden del balance anual de seguridad de la Región Policial del Camp de Tarragona, que cierra el año pasado con 66,94 hechos delictivos y un descenso generalizado del 4,58% con respecto al 2015 y del 23,59% sobre el 2012.

El director general de los Mossos d'Esquadra, Albert Batlle, hacía este lunes una lectura positiva de las estadísticas en el territorio a la vez que pedía un «endurecimiento del código penal» que «nos permita luchar más y mejor contra este tipo de delitos, que son habitualmente robos de ocasión» y recordaba que «la casa es el espacio sagrado de una persona y, más allá de los objetos que pierda en un robo, es importante también la sensación de inseguridad que todo le pueda provocar». Es por eso que, según decía, «trabajamos en colaboración con Fiscalía y la judicatura para que no siga pasando que haya quien ha sido detenido 15, 20 veces y sigue saliendo a la calle y volviendo a robar». «Tenemos que buscar los instrumentos que nos permitan hacer un mejor trabajo», concluía.

Cinco mujeres muertas

Durante el 2016, según el mismo balance y en el capítulo de hechos contra las personas, se registraron 26 intentos de homicidio, 15 más que en el 2015 en un aumento que el jefe de la Región Policial del Camp de Tarragona, el intendente Jaume Giné, atribuye a peleas donde se ha utilizado algún tipo de arma blanca. También cinco homicidios, todos ellos relacionados con la muerte de mujeres y que se concretan en el crimen machista de principios de año en Vila-seca, el que se destapó en diciembre en La Pobla de Mafumet, el robo con violencia que acabó con la vida de una psicóloga en Tarragona y «dos prostitutas muertas por sus clientes». En todos los casos el autor fue un hombre. La cuestión, la calificaba Batlle como «un fracaso de la sociedad» y una cifra «intolerable» ante la cual de ninguna manera nos tenemos que resignar. Aunque las agresiones sexuales han caído de 71 a 69, los abusos del mismo tipo pasan de 69 a 94 y crecen un 36%. En esta línea, Batlle apuntaba que, a menudo, estas situaciones se dan en el ámbito del hogar y celebraba que «casos que hasta hace poco tenían lugar pero no se daban a conocer estén finalmente aflorando porque las personas se atreven a denunciar».

142.000 horas para el terrorismo

El trabajo contra el terrorismo centra también un apartado relevante del balance de seguridad de la Región Policial del Camp de Tarragona y es que la policía catalana destinó, en el 2016, un total de 142.000 horas de trabajo de sus agentes en la prevención en este apartado. La cifra triplica la que se invirtió en el 2015. En el global de la Región Policial del Camp de Tarragona las detenciones han disminuido un 7,75% y el número de atestados instruidos, un 1,48. Bajan los hechos vinculados al robo de metales y también los hechos en el mundo rural, que caen un 24% en el último año.

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