Diari Més

La familia del acusado del crimen de Montblanc se reafirma en su inocencia

«Jaume es totalmente inocente, si fuera culpable yo no lo perdonaría», afirma su padre

Plano abierto del acusado del crimen de Montblanc, Jaume Solsona (izquierda), llegando a la Audiencia de Tarragona acompañado de su abogado.

El presunto asesino de la montblanquina Sara Lozano se sienta en el banquillo de los acusadosACN

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«Jaume es totalmente inocente, si fuera culpable de alguna cosa así yo no lo perdonaría», ha declarado el padre del acusado del crimen de Montblanc, en el tercer día del juicio oral que se celebra en la Audiencia de Tarragona. «Que se busque, que se busque y que se busque», ha pedido el padre, Josep Solsona, durante su declaración. La familia del acusado se ha reafirmado en la inocencia del hijo. El padre ha asegurado que le habría notado en la cara al volver a casa, al día siguiente de la muerte de la montblanquina Sara Lozano, y ha insinuado una posible «manipulación».

Según el padre, su hijo se lamentó mucho por la víctima, a la cual ha descrito de «ser humano encantador». La familia de Solsona también ha explicado que el acusado cultivaba un huerto ecológico y que arrastraba una depresión, con dos intentos de suicidio, y que era consumidor de alcohol y cocaína. Uno de los testigos , un panadero de Montblanc, ha llegado detenido por los Mossos a la Audiencia. Ha alegado que se le había traspapelado la citación judicial.

El padre del acusado, Josep Solsona, ha insistido en que cuando su hijo volvió a primera hora del 25 de octubre del 2014, después de haber pasado la noche dentro del coche en la ermita de Sant Josep, «le clavó la mirada fija en la cara» y no apreció ninguna «anomalía» o signo extraño, más allá de esperarse el «sermón» del progenitor por haber bebido y pasado toda la noche fuera de casa. Al hecho de que durmiera en la ermita, el padre lo ha atribuido a que no lo viera bebido aquella noche y para ahorrarse que «la reprimenda fuera tan grande».

De hecho, no era la primera vez que el acusado no se presentaba a dormir, según han certificado tanto el padre como la madre. Al padre, la misma noche del día 24 de octubre, se lo encontró solo, fuera del bar Lennon fumando y bebiendo cerveza, y le dijo que fuera ya para casa y el acusado le dijo que ya lo haría. Y «se quedó allí», se ha limitado a decir al padre. El joven debía dinero en varios bares, que la familia tenía que sufragar. «De hecho todavía debemos en algunos», ha dicho la madre, Pilar Tost. «No tiene ni un duro», ha añadido la hermana.

La familia ha repasado los problemas de depresión y de consumo de alcohol y drogas del hijo, que lo ha llevado a pasar por varios centros y al internamiento en una residencia para su rehabilitación. Pero la familia ha insistido en que el acusado sufre una depresión y que tiende a infravalorarse, ser autodestructivo haciéndose «reproches», «pero nunca contra los otros». «Siempre se ha culpabilizado a sí mismo y ha llegado en dos puntos al suicidio», ha revelado el padre. El acusado, de pequeño, también tuvo una hiperactividad que podía resultar «molesta».

En este sentido, el padre ha hecho referencia a la gran diferencia entre los dos hermanos -la hermana despuntaba en la etapa formativa. Durante el juicio se han hecho públicos unos mensajes directos entre los dos hermanos en los cuales el acusado le confesaba que tenía «un problema grande» que tenía que afrontar, pero la hermana ha asegurado que se refería únicamente a cuestiones con la droga. «Nadie puede imputarle agresividad a Jaume (...), es una persona de gran valor, siempre ofrece más de lo que recibe», ha añadido el padre del acusado.

«De haber hecho alguna cosa de esta índole, habría cogido una gran magnitud de psicosis, pero no percibimos nada», ha insistido. «Les juro y que Dios nos castigue a todos que no aprecié nada que hiciera presuponer algo malo», ha concluido el padre. Según la familia, el procesado y la víctima, que se conocían del pueblo, salieron de fiesta y se marcharon juntos de la discoteca Xenon de l'Espluga de Francolí para volver hacia Montblanc con el coche de él, pero ella «lo mandó a hacer puñetas» y saltó de golpe del vehículo.

Según el padre, basándose en la versión de su hijo, la chica quería verse con una gente y tenía que sacar dinero de un cajero. A partir de aquí, Jaume Solsona ya no lo habría visto más y el retorno hacia la ermita habría pasado por un camino secundario para evadir los controles policiales. La familia también ha hablado del huerto ecológico que cultivaba en Pira, si bien han insistido en que no utilizaba gasolina para la maquinaria -sólo «mezcla»-, así como también han evitado describir el vehículo del acusado -un 'Dacia Duster' blanco- como un todoterreno.

También han quitado hierro al hecho de que el campo de almendros donde apareció calcinada en un 70% la víctima hubiera sido de su propiedad antes de 1992, ya que de eso «hace muchos años». «Jaume se lamentó profundamente de la muerte de Sara Lozano y él tendrá sus razonamientos, pero nosotros creemos que podría haber caído en manos de ve a saber qué manipulación o especulación puede haber por el medio», ha insinuado el padre del procesado. «Él me dijo que no le había hecho nada, mi hijo no es así», ha concluido la madre. Aparte de la familia del acusado, también han declarado varios conocidos de víctima y acusado, como un panadero de Montblanc y también un amigo, según el cual Jaume Solsona le opinó que el suceso de la desaparición y muerte de Sara Lozano le parecía un caso de «revancha».

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