Diari Més

«La Boira empezó a buscar y encontrar trufas en menos de una semana»

Antoni Vilalta, vecino de Vilanova de Prades, es un aficionado a buscar trufas y, para disfrutar de esta actividad, ha tenido que adiestrar una perra

La Boira aprenent a buscar tòfones.

«Boira empezó a buscar y encontrar trufas en menos de una semana»Cedida

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Antoni Vilalta vive en Vilanova de Prades, desde donde a menudo, sale a buscar trufas silvestres con su perra Niebla, la cual adiestró hace tres años para poder volver a disfrutar de una afición a la cual le introdujo su padre. El próximo sábado, se organizará el primer concurso de Gossos Tofonaires en el marco de las Jornadas de la Trufa negra. Vilalta y Boira no concursarán pero lo seguirán muy cerca.

—¿De dónde le viene esta afición para buscar trufas?

—Ya, de pequeño, había ido con mi padre que tenía un perro que era ciego. Era un pastor catalán, si no recuerdo mal. Entonces se encontraban más. Actualmente se encuentran, pero no aquellas cantidades de la década de los setenta. Entonces había quien se ganaba un sueldo, se podía vivir allí de eso. Mi padre llegó a tener una plantación, donde ahora hay un camping. Ahora se ha vuelto a remover el tema en Vilanova de Prades, se han hecho plantaciones. Pero encontrar trufa silvestre es una aventura, depende de muchas cosas.

—¿Cómo adiestró a Niebla, su perra?

—La cogí hace tres años cuandoera muy pequeña. Cuando son cachorros, entre los dos y los cuatro meses, es el momento idóneo para enseñarlos. En menos de una semana empezó a buscar y encontrar trufas. Para adiestrarlos, el primero que se tiene que tener es la materia prima, la trufa, para que pueda olerla. A partir de aquí se tiene que tener mucha paciencia y hacer un poco de psicólogo. Saber cuándo le tienes que dar un premio, cuando parar... Se tiene que jugar con el perro y después conseguir algo que lo estimule. No es algo que pase de un día por el otro. Tienes que salir muy a menudo, invertir paciencia. El perro va oliendo y cuándo detecta la trufa se pone a excavar. No todo el mundo los enseña igual a los perros, cada uno tiene su método. Hay que desde pequeño les ponen la trufa con algo de comer y aixi lo relacionan. Yo no lo comparto, pero no quiere decir que sea mejor ni peor.

—¿Hay alguna raza de perro que sea más apta que el resto para la busca de trufas?

—No. De hecho, Boira es un cruce entre un lobo checoslovaco con otra raza. De hecho, todas las razas sirven para esta actividad, pero se tiene que tener en cuenta que tiene que ser un perro obediente y, en este sentido, hay razas que se prestan más a esta actividad. Por otra parte, al final, todo depende de la actitud del perro. Es como los niños pequeños, puedes dedicarte toda la vida en que tu hijo sea futbolista y que, al final, te diga que no es el deporte que le gusta.

—¿Son mejores los perros que los jabalíes?

—Los jabalíes se comen las trufas y, por lo tanto, saben buscarlas. Evidentemente, cualquiera puede coger un cachorro de jabalí y adiestrarlo para salir a buscar trufas. Sin embargo, no es lo mismo tener que cuidar un perro que un cerdo...

—¿Se encuentran muchas trufas silvestres?

—Hace tres años fue excepcional. Ahora hace dos años que han sido muy flojos. La trufa es un hongo que nace en las raíces de determinados árboles como la encina o el roble. Pero que haya estos árboles tampoco no es una garantía, depende de muchos factores que aparezca. Aparecen a zonas donde hay una pluviometría muy determinada, a una altura determinada. No todo el mundo puede ir fuera a buscar trufas, necesitas la licencia de 'tofonaire' y un permiso del propietario del terreno.

La Boira d'adulta buscant tòfones.

«Boira empezó a buscar y encontrar trufas en menos de una semana»Cedida

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