El Calçot de Valls cierra la temporada con una producción récord de casi 11 millones de cebollas

La temporada de calçots se cierra con una producción récord de casi 11 millones de cebollas. La Indicación Geográfica Protegida (IGP) Calçot de Valls no recuerda un volumen tan grande de unidades, si bien reconoce que era previsible reparto la extensión de hectáreas destinadas a este cultivo, que cada año va además. Satisfacción relativa de los productores que, a pesar de haber sido una campaña muy productiva, este incremento -en concreto, de un 10% de las etiquetas- no se ha visto reflejado a nivel económico ya que el precio del calçot ha bajado. El campesino ha vendido el calçot entre 1 y 2 céntimos por debajo de la media habitual de los últimos años -de 0,12€-, lo cual ha dejado muy ajustado su margen de beneficio.

Clausura

Un grupo de siete restaurantes de la zona y un horno de pan de la comarca han querido encargarse de la clausura de la temporada del calçot, organizando una jornada gastronómica con nombre propio, 'Calçofest', y también moneda propia, los 'calzoncillos'. La fiesta será este domingo 24 de abril en el Restaurante Cal Ganxo de Masmolets, en Valls. Durará todo el día, y además de poder degustar todo tipo de tapas con calçots y salsa de romesco como protagonistas, también tendrán lugar actividades infantiles, música en directo y un vermú.

Valoración de la temporada

Según la Cambra de Comerçde Valls, en la comarca hay una cincuentena de restaurantes que ofrecen calçots a sus cartas. Entre restaurantes y masías particulares, la temporada atrae a unos 350.000 visitantes y mueve un volumen de negocio de entre 10 y 12 millones de euros. Esta temporada récord no ha cogido por sorpresa a la IGP Calçot de Valls. «Ha habido más producción, el consejo regulador ha certificado un 10% más de etiquetas, se hace difícil de precisar porque etiquetamos llevados de 25 y 50 unidades, pero calculamos que representa un volumen de casi 11 millones de calçots; no habíamos llegado nunca, pero ya nos lo esperábamos porque cada año crecemos un poco y también porlas hectáreas plantadas», ha afirmado al vicepresidente de la IGP Calçot de Valls, Sebastià Banús. Son cerca de un centenar de hectáreas y 52 productores inscritos en la IGP -que abarca el Alty Baix Camp, Tarragonès y Baix Penedès. «Productivamente ha sido un año bueno, comercialmente no lo ha sido tanto, porque ha ido acompañado de una bajada de precio,» ha lamentado Banús. Además, el calçot etiquetado sólo representa un 15% de los calçots que se pueden encontrar en el mercado catalán -al margen de la IGP Calçot de Valls está, al menos, 70 millones de unidades, y en ocasiones, con la picaresca de intentar imitar el etiquetado de la IGP. Pero eso no preocupa en exceso. «Estamos satisfechos porque el cliente, sobre todo del área de Barcelona, identifica el calçot de Valls como un producto de calidad, lo valora, y como se considera lo mejor, es lo que tiene mejor venta, y eso nos ayuda en estos periodos más débiles a nivel comercial», concluye Banús.