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La crisis en la distribución de libros: un caso que todavía arrastra 300.000 ejemplares bloqueados

Les editoriales afectadas por el callejón sin salida han tenido que reimprimir decenas de títulos

Algunos de los libros en venta en la librería Documenta, a la calle Pau Claris de BarcelonaCedida

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El sector editorial se adentró en septiembre del 2022 en una sacudida sin precedentes. La distribución de libros sufrió retrasos y falta de stock durante meses, una situación que un año y medio después todavía no está del todo resuelta. El origen del caos radica en la fusión de dos de los referentes de la distribución, les Punxes y Ágora, que pasaron a operar conjuntamente debajo el paraguas de Entredos Logistics.

El caso está pendiente de la demanda que una veintena de editoriales han interpuesto contra la distribuidora, a quien reclaman 2,8 millones. La sombra de la crisis todavía es alargada, con 300.000 ejemplares bloqueados en el almacén de Entredos –que la empresa rebaja a 200.000- pendientes de retornar a las editoriales, que han tenido que reimprimir decenas de títulos.

Hace un año y medio el mundo editorial se vio imbuido en una profunda crisis en la distribución de libros. El callejón sin salida, que se alargó durante meses, empezó en septiembre del 2022 con las novedades, que no llegaban a las repisas, y continuó con las reposiciones de ejemplares y los volúmenes de fondo. La situación se alargó durante meses hasta que algunas de las editoriales afectadas optaron por contratar los servicios de otro operador logístico.

La situación afectó principalmente a los libros en catalán, pero también los de castellano, una circunstancia que generó pérdidas de facturación en algunas editoriales superiores al 70%, según pudo saber la ACN.

Por eso, un total de 23 de las editoriales perjudicadas por la operación empresarial -que afectaron más de 200 sellos y centenares de librerías de todo el país- decidieron agruparse bajo la comercializadora Red de Libros para interponer en noviembre de aquel mismo año una demanda judicial contra Àgora, propiedad del Grupo Enciclopedia Catalana, un proceso que la justicia ha admitido a trámite. Entre los firmantes figuran nombres como Cossetània Ediciones, Sidillà, Eumo, Bindi Books, Ediciones Poncianes, la Abadia de Montserrat, Barcino, Espuma, Angle, Animallibres o 9 Grup Editorial, entre otros.

Ágora, pendiente de vender la división logística en les Punxes

Los efectos de la ola expansiva impactaron contra las finanzas de Enciclopedia Catalana, que arrastraba desde hacía tiempos problemas financieros y buscaba revertir los obstáculos económicos con la puesta en marcha del centro logístico. La histórica editorial presentó un ERE y está pendiente de cerrar un acuerdo con Abacus y el productor Jaume Roures para venderlos los sellos.

En declaraciones a la ACN, Joan Abellà, director general del grupo Enciclopedia Catalana, ha explicado que la empresa saldrá del negocio logístico y prevé cerrar la venta de sus acciones a Entredos a su otro socio, les Punxes.

«Estamos a la fase final, puliendo los detalles para cerrarlo el más bien posible», avanza Abellà. Con todo, Enciclopedia -a través de Ágora-, mantendría los servicios de distribución administrativa y comercial del sellos vendidos, conservando «la marca Ágora dentro del mercado».

En el contexto de reestructuración de la empresa, Abellà asegura que quieren dejar «pactado de forma amistosa una situación ahora judicializada» y reconoce «retrasos en el procesamiento y la clasificación de libros», que rebajan en 200.000 ejemplares, que quieren devolver «en cuanto sea posible» a los editores afectados.

La Cámara del Libro pide cobrar los retrasos

Desde la Cámara del Libro se muestran preocupados por una situación que todavía está lejos de resolverse. No hemos cobrado todas las ventas de un cuatrimestre, el que corresponde a finales del 2022 y que incluye la campaña de Navidad. Eso nos ha creado problemas financieros a las editoriales afectadas», advierte en declaraciones a la ACN Jordi Ferré, miembro de la agrupación y director de una de las empresas afectadas, el 9 Grupo Editorial, a quien todavía le faltan 130.000 libros.

Aunque reconoce que la afectación es menor y tiene menos impacto en el «día a día», ya que los libros llegan a las tiendas con normalidad, se mantiene el efecto que tiene para las empresas, que todavía no han recuperado todos los libros.

Según cálculos de la Cámara, las editoriales afectadas por la crisis de la distribución han recuperado aproximadamente un 80% del fondo que tenían y no hay diálogo con Ágora para alcanzar el retorno total de ejemplares.

Uno de los principales problemas que ha comportado para las editoriales es el hecho de que no se pudieron servir libros de los cuales había demanda y, al mismo tiempo, han tenido que reimprimir títulos para garantizar que llegaban a los lectores, lo que ha supuesto una doble inversión.

Les editoriales reclaman una solución inmediata

Un caso similar es el de la editorial Sidillà, que prevé una festividad tranquila con respecto a la distribución, pero con 8.000 libros que todavía están en una ubicación desconocida. Lo lo explica su responsable, Judit Pujadó, a la ACN, que también lamenta que se trata de una situación que los ha obligado a reeditar varios volúmenes.

«Nos ha tocado invertir mucho dinero, y por eso esperamos que se pueda resolver», subraya. «Hay libros que son muy caros de imprimir y de los cuales no tenemos más ejemplares», lamenta.

«No sólo hemos perdido nosotros, sino también ellos porque han perdido los beneficios de libros que se habrían podido vender y que no se han vendido», concluye. Con respecto a los próximos pasos a seguir, si bien la demanda continúa su curso y sin esperar «una solución inmediata», insiste en la importancia de que Àgora «se haga cargo del desastre».

«Por irresponsabilidad o por lo que sea, pero eso ha sido un desastre que ha dejado a mucha gente damnificada, personas trabajando con préstamos porque no han cobrado las facturas que tenían pendientes del último trimestre de hace dos años,» denuncia.

Por otra parte, buena parte del malestar proviene del desconocimiento. «Ni siquiera hemos tenido la opción de buscar estos libros, no sabemos dónde están, ni en qué condiciones, no sabemos nada», lamenta Pujadó.

Falta de explicaciones

Les quejas llegan de todo el sector. La directora de publicaciones de Abadia de Montserrat, Núria Mañé, aunque reconoce que ya tienen los libros que necesitan, la afectación continúa bien presente.

«Lo que no conseguimos es que por parte de Àgora alguien se reúna con nosotros para hablar de esta demanda y empezar a negociar qué se puede hacer para arreglar la situación, porque hay muchos libros no se han devuelto, y eso ha ocasionado muchos perjuicios», señala a la Agencia.

En su caso, contabilizan las pérdidas en miles de ejemplares, aunque no disponen de una cifra específica. Cuando estalló la crisis, disponían de bastante stock de libros para pasar una temporada, pero se han tenido que espabilar.

«Nosotros tenemos un libro de catalán para adultos que se llama a Punt y que en septiembre se necesitaba. Pudimos servir unos pedidos, pero se trata de un ejemplar que cada curso hace falta», detalla Mañé.

De hecho, muchos de los libros que tienen son de fondo: académicos, infantiles, de música o de lenguas. Otros títulos desaparecidos, sin embargo, tenían más que ver con un momento muy concreto.

«Son libros que una vez ha pasado la novedad no se venden, pero que tienes que tener disponibles», explica, y considera que es precisamente este el espacio que ha perdido la oportunidad de venta. Mañé lamenta que en Cataluña haya un sector editorial «muy importante» y que una «mala gestión» ha acabado provocando que se hayan tenido que buscar «la vida a fuera».

Secar las pérdidas

También desde la editorial Barcino afrontan las perspectivas de Sant Jordi de manera más relajada que el año anterior. Con todo, su director, Oriol Magrinyà, ha constatado a la ACN que todavía se arrastran problemas «heredades» de la crisis, con cerca de 10.000 ejemplares del editorial que están «inmovilizados» o «perdidos» en un almacén de Àgora.

«No sabemos qué libros, cuántos exactamente ni cuando los tendremos», ha lamentado. Lo que sí que está garantizado desde ya hace un tiempo es servir las novedades y los volúmenes de fondo y es que la editorial normalizó la situación con un cambio de operador logístico, pero todavía hay «flequillos y cuestiones» pendientes de resolver.

La editorial pudo esquivar una parte de la crisis con los ejemplares que tenía en un almacén propio, pero también han tenido que volver a imprimir algún título «cuando no habría hecho falta». El director de Barcino es pesimista ante la posibilidad de recuperar el dinero perdido.

Aunque la justicia les dé la razón y les reconozca la cantidad pedida, Magrinyà cree que no será posible resarcir las pérdidas porque hay ejemplares perdidos que no cree que se puedan recuperar y por la imposibilidad de cuantificar las ventas que no se han producido.

Para el Gremio de Libreros: «una pantalla casi superada»

El presidente del Gremio de Libreros de Cataluña, Èric del Arco, ha asegurado que la crisis de la distribución está actualmente «casi solucionada» en un 95%. «Comparado con hace uno o dos años, estamos a la gloria», ha reconocido.

Del Arco ha dicho que todavía hay detalles a mejorar con respecto a la preparación de los paquetes para hacer los envíos, en la localización de algunos títulos puntuales y que quedan pendiente de resolver «algunos flequillos administrativos». «Es una pantalla casi superada», ha celebrado.

Con respecto a la festividad de Sant Jordi, ha dicho que lo afrontan con más tranquilidad porque la mayoría de paquetes han llegado «bien» y los libros están preparados para salir a las paradas.

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